Los torrentes de rebaños descienden
hacia las majadas la sombra está sobre An-Dot y Pau del país de Esaü
sobre Matred Toled
Beith Aram
sobre todo Sparad de Judea
Memoria estrellada
noche de Israel en espíritu
espacio proyectado por ojos de oveja
Allá brilla
Artizarra
en la frente de nuestra Madre Iberia
su Schourien-Ieschuroun
se aleja
ocultando su rostro
bajo el manto de bruma
Selah
Una vez balado al cielo salado de blancuras id mis lamedoras de paredes
a la sal del muro de las lamentaciones habituales por el camino del hisopo
entre los amargos setos
pasad ovejas de rey
bajo el cayado de hierro
Diecinueve blancas cuarenta negras
y tú cuarentaicuatro números trazados por mano de pastor
en cuadradillos
sobre cierto muro de Belén
son más numerosos que vosotros allá arriba
los cabritos de la Viviente
de la hermana novia del nuevo cántico
Selah
De los cedros de la bendición
la mano es siempre tan lenta
sobre nuestras cabezas surgidas del fondo de las edades
en el lenguaje del mar occidental
en vano Naphschi busca sorprender
una sola palabra nueva
el mismo corazón que en tiempos de los padres
late en el bosque en la piedra y en el agua
nada de lo que vuelve es nuevo
todas esas cosas dormían en los libros cerrados
los libros en mis manos están abiertos
pasad mis bellas Judit pasad
buenas muchachas
bajo el cayado de hierro Kimah Ksil y vosotros Mazarot
y vosotros los demás cielos
sin nombre sin números suspendidos en todo lo alto entre las densas nieblas de Dios
santos ancianos bajad hacia la tierra
vuestras miradas de sílex perdidas veladas
Aïélethhaschahar la pastora
desciende hacia Guinath Agoz con el vaso de leche de luz en el hombro
llama al niño Olel
guardián del pasturaje de los leones
acariciado en su sueño por las víboras
Selah
He aquí
las cosas son como son
vaho de las pestañas
fuego de lluvia al borde del tejado
puñado de estrellas en el saco del sembrador
y tus ruedas que entran una en la otra
Ichezkeel las terribles espirales
he aquí las cosas como son
profundo profundo es Eso
ante el que se prosterne
nos prosternaremos
Oscar Vladislas de Lubicz-Milosz
En 1936 escribe, tras nueve años de inactividad, su último poema: Psaume de l'Étoile du Matin / Salmo de la Estrella de la Mañana (
Cahiers de Barbarie, Túnez, 1937)