19 enero 2011

Intriga N.º 1

Suave, cotidiano, dime a qué juegas esta vez. Juego a perseguir al miedo, yo rastreo. Perfecto, socio. Trampas las mínimas pero crema, dale cuerda; ponlo en abismo. Así, aquí, ahora, como el pulso en extinción de un animal muy viejo. Gracias, no perderé este fragmento de vida ni lo que hay debajo. No, no lo pierdas igual que al resto. Acóplate, así tan apretada, a la niebla estéreo. No te rompas. Yo-Tú marcado por el fuego. Nos odiarán más que a Claudel (¡que es mucho decir!). A mí no, ya no sé dónde.

A raíz de la última conmoción me hablabas de una viva fluorescencia que lo vuelve todo hacia dentro; también a ti y a mí aunque nos resistamos. Yo-Tú, entre las cosas hicimos hogar. Algo ocultaba el tictac. ¿Qué trajo en su pico aquel pajarillo pardo? La ruina, se estampó contra la ventana. Ésa que siempre mantenemos cerrada. Le faltaban cuatro luces al pasillo, bien lo sabes, y hasta un hervor. Hundidos ahora en el individuo, ahora en la sociedad; nada más que abstracciones, ilusiones ópticas. Vuelven sobre nosotros aquellas historias del ombligo de un pensamiento y la angustia del lugar sin nombre.

El objeto se desvanece, ni rastro de él, sólo queda el lugar sin presencia («hay»). ¿Y si paseamos por el parque de los gatos? Mejor mañana. Yo-Tú, dime si es verdad que perdimos la cabeza; si somos tan indecentes como lo son nuestros pies. Porque ellos al menos escuchan algo, nos caminan y responden afectados por el pasmo: adelante, que se haga en misterio la ignición del primer baile. Son los pies del faquir, también; son ellos sobre cristales. Para acabar, dime si brillas desde el centro así tan redondo.


Display Systems - Suzanne Mooney


Dead Things by Philip Glass. (The Hours)

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